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Hollywood siempre ha sido experto en dramas, pero este… este sí merece palomitas extra; ante la posible caída (o transformación radical) de Warner Bros y pues este acontecimiento ha encendido las alarmas en toda la industria. No es solo un movimiento financiero: es un golpe directo al corazón de uno de los estudios más influyentes en la historia del cine.
Con un catálogo legendario, desde Harry Potter hasta DC, la idea de que Warner pueda perder autonomía o convertirse en pieza de una operación mayor suena a guión de temporada final. Y, como toda buena historia, este giro no viene solo: detrás hay intereses, streamers hambrientos y una industria que ya no funciona como antes. Pero antes de entrar al caos… Hagamos zoom al panorama completo.
La palabra “monopolio” aparece en todas las conversaciones de industria, casi tanto como “rebranding” o “IP”. Con cada fusión, compra o reestructura, surge la misma duda: ¿Nos estamos quedando con muy pocas manos controlando todo el contenido del planeta?
La conversación no es nueva, pero sí cada vez más relevante. Grandes estudios que antes competían entre sí ahora se fusionan para sobrevivir al nuevo ecosistema del streaming. Más presupuesto, más poder, pero también más riesgos. Porque cuando un gigante cae, el impacto se siente en todos los rincones.
Y no, todavía no estamos ante un monopolio total…pero estamos viendo cómo los favoritos del juego se quedan con más fichas de las que deberían. Y justo ahí es donde aparece Netflix, con una compra que nadie vio venir y que por supuesto hace temblar a las nuevas ideas e inversores.
Netflix siempre ha sido disruptivo, pero este año decidió jugar en modo “villano corporativo elegante”. Su propuesta de compra hacia un estudio tradicional y la forma en la que la ejecutó fue catalogada por analistas como la movida más radical y quizá hostil del 2025.
¿La razón? No solo fue agresiva: fue estratégica, quirúrgica y totalmente alineada con su búsqueda de consolidar un catálogo que realmente pueda enfrentar a Disney. Netflix sabe que las producciones originales ya no son suficientes. Ahora quiere historia, legado, franquicias que ya viven en la mente de la gente justo lo que los grandes estudios tienen y lo que el streaming ha batallado para construir.
¿Podrá lograrlo sin desatar una guerra abierta? Spoiler: quizá ya la desató.
Si Netflix abrió el 2025 con un movimiento agresivo, Paramount decidió que no iba a quedarse mirando desde la sombra. Apenas semanas después de la oferta de compra más comentada del año, Paramount lanzó una contraoferta valuada en 33 mil millones de dólares, una cifra que tomó por sorpresa a analistas y accionistas por igual.
Paramount cerró el 2024 con 67 millones de suscriptores en su plataforma y un crecimiento del 9% en mercados internacionales. Sin embargo, su catálogo cinematográfico generó más de $3.4 mil millones en taquilla global, superando a Netflix en ingresos por contenido “legacy”. Para ellos, adquirir los activos en disputa significa consolidar más de 180 franquicias bajo su paraguas, aumentar su biblioteca en un 25% y reforzar su presencia en el top de contenidos más vistos del año.
La movida también responde a una realidad innegable: el mercado del streaming dejó de ser expansivo y ahora es un ring cerrado, donde cada punto porcentual de participación vale oro. Paramount busca frenar el avance de Netflix, que ya supera el 17% de cuota mundial en streaming, comparado con el 4.8% de Paramount.
Y aunque las cifras parecen inclinar la balanza hacia Netflix, la estrategia de Paramount más cautelosa pero igualmente agresiva encendió una auténtica guerra corporativa: ofertas, contraofertas, filtraciones internas, reuniones de emergencia y un ecosistema que lleva meses pendiente de cada movimiento como si fuera el final de temporada.
Lo único claro es que esta batalla no es solo financiera: es una pelea por el futuro del streaming, por las historias que verán millones… y por quién contará el próximo gran blockbuster.
Entre compras inesperadas, movimientos hostiles y una batalla silenciosa para quedarse con el futuro del entretenimiento, 2025 se está convirtiendo en uno de los años más intensos para Hollywood, ya que también ha recibido pérdidas de ingresos de otros grandes estudios como Disney.
En Barfly seguiremos analizando cada giro de esta historia porque si algo nos apasiona más que la creatividad, es entender cómo cambian las narrativas que mueven al mundo. 🍿✨ ¿Listos para el próximo episodio?
